Evaluación
del Aprendizaje Colaborativo
Iborra
e Izquierdo (2010) abordan la temática de la evaluación de una forma muy
completa, considerando lo complejo que resulta este ejercicio si se desea hacer
bien. Plantean que al cambiar de una metodología de enseñanza-aprendizaje tradicional
a una metodología como el aprendizaje colaborativo se hace necesario replantear
la naturaleza y el diseño de los elementos involucrados en el proceso de
evaluación, así como los factores que intervienen en el mismo. La
evaluación grupal es clave para supervisar el adecuado funcionamiento del
equipo y del aprendizaje que surge de este, a través de una construcción global
y coordinada del conocimiento que aportan los integrantes. Sin embargo,
reconocen la complejidad al realizar esta labor, ya que, no es fácil medir todas
y cada una de las complejas habilidades que puede desarrollar un individuo en y con un
grupo, o las aptitudes intra-grupales, sin mencionar que es más complejo
evaluar un proceso que un producto, aún más al considerar que se da un
ejercicio colectivo, haciendo más difícil una valoración que responda a
criterios de fiabilidad, validez, utilidad y equilibrio.
Además
hay que agregar que la evaluación debe abarcar todas y cada una de las
destrezas que puede desarrollar el grupo (y quienes lo conforman) en las
dimensiones cognitiva, afectiva y conductual. Sin duda, para lograr una
evaluación que abarque todos los aspectos mencionados, se requiere de una
compleja red de indicadores de evaluación.
aprendizaje colaborativo se hace necesario replantear
la naturaleza y el diseño de los elementos involucrados en el proceso de
evaluación, así como los factores que intervienen en el mismo.
También
se establecen las siguientes bases para el diseño de un sistema holístico de
evaluación:
1.- Los protagonistas del proceso evaluador son tanto los alumnos como el docente, bajo un contexto pluralista y participativo.
2.- Las estrategias de evaluación deben ser acordes a cada situación y acción educativa, en función de los objetivos y la metodología docente, y del potencial que puede desarrollar tanto el alumno como el grupo.
3.- Se debe registrar, a través de diversas técnicas y/o instrumentos, el progreso y los logros del aprendizaje, en términos cognitivos, procedimentales, estratégicos y actitudinales.
4.- Sistematizar el proceso de evaluación permite al docente entender qué y cómo están aprendiendo los alumnos, facilitando intervenciones oportunas que mejoren el proceso de aprendizaje.
comprender como evaluar un sistema holístico resulta ser la clave de esta cuestión.
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